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La malnutrición es uno de los principales factores de riesgo a escala mundial en la aparición de condiciones de desnutrición, obesidad y enfermedades no transmisibles relacionadas con el régimen alimentario, como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, diabetes o cáncer. La malnutrición hace referencia al conjunto de carencias, excesos o desequilibrios de macro, micro nutrientes o en la ingesta calórica. Los niveles de vitaminas y minerales son indispensables en la producción de enzimas, procesos hormonales y diferentes sustancias esenciales para el crecimiento y desarrollo.
La maca es uno de los alimentos más energéticos, su composición rica en hidratos de carbono, oligoelementos de potasio, calcio, sodio, hierro y vitaminas del grupo B hace que su aporte de ácidos grasos esenciales, alcaloides y esteroles le otorguen magníficas propiedades antioxidantes y cardioprotectoras. Su consumo como fibra dietaria, proteína, polisacárido y antioxidante ha tenido resultados terapéuticos antiinflamatorios, antivirales, inhibidores de peroxidación de lípidos y como protector del daño oxidativo por la diabetes. Las personas toman maca por vía oral para la infertilidad masculina, los problemas de salud después de la menopausia y el aumento del deseo sexual.
Dentro de los alimentos aliados en la seguridad alimentaria la moringa también destaca propiedades científicamente comprobadas contra la desnutrición o deficiencias de micronutrientes. Su estructura molecular compuesta de 7 vitaminas y más de 15 minerales actúa como complemento de la dieta en enfermos crónicos o en inmunodeficiencias. Su acción antioxidante, antiinflamatoria, analgésica, antidiabética, vasodilatadora, anticolinérgica, antirreumática, antihipertensiva, antiobesidad, hepatoprotectora, antimicrobiano y cicatrizante tiene un 100% de digestibilidad.
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Las enfermedades osteoarticulares son alteraciones crónicas, autoinmunes e inflamatorias causantes del deterioro del cartílago articular o estructura ósea. En estas patologías la articulación se ve involucrada en un proceso patológico que incluye la pérdida focal y progresiva del cartílago articular con cambios concomitantes en el hueso situado debajo del cartílago, estimulando formación de osteofitos y esclerosis ósea. El dolor es un síntoma común que supone una gran limitación en alteraciones osteoarticulares, se caracteriza por una disminución progresiva en la producción de colágeno, pérdida de calcio y densidad ósea, poca flexibilidad y resistencia articular y un aumento del riesgo de fisuras, fracturas y lesiones.
El colágeno es la proteína más abundante de nuestro organismo, forma parte del tejido conectivo que constituye la piel, los cartílagos, los huesos y los tendones. A medida que se tiene más edad, se disminuye la producción de colágeno y surgen problemas como flacidez en la piel, arrugas o dolor en las articulaciones. Su estructura monomérica está constituida por tropocolágeno, una hélice triple
de cadenas polipeptídicas levógiras iguales, de unos mil aminoácidos cada una, que se encuentran enrolladas entre sí formando una superhélice dextrógira de gran resistencia. La composición química rica en aminoácidos como glicina (23%), prolina (13%) e hidroxiprolina (12%) estimulan la construcción del cartílago articular, con efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Existen 4 tipos de colágeno, siendo el tipo I el que tiene el 90% de presencia en el organismo con mejor absorción. El Colágeno Hidrolizado estimula la regeneración de los tejidos, potenciando la síntesis de colágeno, reduce el dolor articular, la pérdida de masa ósea y los signos de envejecimiento dérmico con efecto sobre la piel, el cabello y las uñas.
La ingesta de minerales como el calcio, funciona como una terapia bioquímica de sales a nivel celular. El calcio de coral marino está presente en los sedimentos del coral en forma de carbonato cálcico en un porcentaje entre el 20% y el 34%. Dentro de su composición molecular cuenta con 10% de magnesio en forma de carbonato y hasta 70 minerales oligoelementos como: cromo, zinc, selenio, boro, yodo, molibdeno, manganeso, cobre, níquel, sodio, potasio y vanadio entre otros. Para la salud, los beneficios del calcio de coral se atribuyen en gran medida a su abundante contenido en minerales, en dietas deficientes. En afecciones osteoarticulares el calcio de coral marino junto con el colágeno hidrolizado, fortalece los huesos y articulaciones previniendo enfermedades degenerativas, controlando el pH como alcalinizante y manteniendo las defensas del sistema inmunológico.
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Los factores involucrados en procesos inmunológicos son aquellas sustancias que ayudan al cuerpo a combatir el efecto y poder destructivo de las homotoxinas como bacterias, virus, hongos, protozoarios y otros organismos causantes de enfermedades y daños a nivel celular. El cuerpo necesita de ciertas vitaminas para fortalecer el sistema inmunológico, entre ellas, se hallan la vitamina A, E, C y D, disponibles en mayor o menor medida en los alimentos. El gran sistema de defensa está constituido por los glóbulos blancos (leucocitos) producidos a partir de las células madre de la médula ósea. Entre los leucocitos se encuentran los linfocitos B, linfocitos T, células asesinas naturales, linfocitos granulares y monocitos. Los vasos sanguíneos y linfáticos permiten la circulación de las células del sistema inmune facilitando la detección de antígenos. Cuanto más fuerte sea el sistema inmunológico, mayor éxito tendrá el cuerpo a la hora de rechazar los agentes patógenos, eliminar las células de desecho y superar las enfermedades.
Los factores de crecimiento hacen parte fundamental en la construcción, el mantenimiento y la reparación de huesos, músculos, nervios y cartílagos, regulando el metabolismo de proteínas, químicos cerebrales y beneficiando procesos anti envejecimiento. Científicamente se han identificado diversos factores de crecimiento en el calostro bovino, entre ellos el epitelial (FCE), fibroblástico (FCF), tipo insulinico I y II (IgF1, IgF2), de transformación (FCT) y de los hepatocitos. Dentro de su composición cuenta con todos los aminoácidos esenciales, no esenciales, minerales como calcio, hierro, magnesio, manganeso, fósforo, potasio, selenio, sodio, zinc y vtaminas como tiamina (B1), riboflavina (B2), nicotinamida (B3), acido pantoténico (B5), piridoxina (B6) acido fólico (B9) y cianocobalamina (B12). Sus efectos antioxidantes gracias a la glutamina y aporte multivitamínico es indicado para el fortalecimiento de la respuesta inmune.
La vitamina C y el zinc se encuentran entre las vitaminas y minerales para el sistema inmunológico más ampliamente conocidos adquiridos por medio de alimentos como fruta y verdura fresca. El cuerpo no puede reproducir ni almacenar la vitamina C en cantidades abundantes, por lo que en ocasiones es más que recomendable reforzar su presencia con un complemento que permita los niveles óptimos de inmunoglobulinas, polipéptidos ricos en prolina, lactoferrina, citoquinas, oligo polisacáridos, enzimas, glicoproteínas, inhibidores de tripsina, lisozimas, linfoquinas y glicoconjugados. El calostro bovino, las vitaminas y minerales ayudan al funcionamiento óptimo del sistema inmune y proveen al organismo los factores críticos, preventivos y protectores necesarios.
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El sobrepeso y la obesidad son enfermedades dadas en función del peso y la estatura, significa pesar más de lo que es saludable para una determinada medida o talla. Ambos factores se determinan a partir del índice de masa corporal (IMC), que proporciona la medida más útil del sobrepeso y obesidad en la población para ambos sexos y adultos de todas las edades. La obesidad es una enfermedad grave y crónica que puede llevar a otros problemas de salud, incluyendo diabetes, enfermedad cardíaca, algunos tipos de cáncer, accidente cerebrovascular y problemas renales que se desencadenan en presión arterial alta (hipertensión), colesterol o triglicéridos altos en la sangre y glucosa (azúcar) alta en la sangre, un signo de diabetes. La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. A nivel mundial se presenta un aumento en la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa junto con un descenso en la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, los nuevos modos de transporte y la creciente urbanización.
A menudo los cambios en los hábitos alimentarios y de actividad física son consecuencia de cambios ambientales y sociales asociados al desarrollo y de la falta de políticas de apoyo en sectores como la salud; la agricultura; el transporte; la planificación urbana; el medio ambiente; el procesamiento, distribución y comercialización de alimentos, y la educación. El sobrepeso y obesidad se pueden controlar a partir de una buena fuente alimenticia y actividad física. Los niveles de insulina y de azúcar en sangre se pueden controlar gracias a la fibra alimentaria. El psyllium ha demostrado en varios estudios, como es capaz de reducir las concentraciones de glucosa en sangre en ayunas, disminuyendo el riesgo de desarrollar diabetes, pues ralentiza el proceso de digestión de los alimentos y estabiliza la asimilación del azúcar. Esta fibra puede ayudar a que aumente la sensación de saciedad, por lo que es ideal para aquellas personas que quieran bajar de peso o que estén en un plan de dieta, mejorando el peso corporal de manera significativa, con efectos beneficiosos sobre la glucemia, los lípidos y el estreñimiento. Su efecto reduce el colesterol, se adhiere a las grasas y a los ácidos biliares, promoviendo su eliminación por parte del organismo y reduciendo el riesgo de síndrome metabólico, como hiperglucemia, hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia.
La semilla de chía por su contenido de aceite se considera como “alimento funcional” que aumenta el índice de saciedad, previene enfermedades cardiovasculares, trastornos inflamatorios y nerviosos, así como la diabetes. Absorbe 27 veces su peso de agua, por su contenido de fibra dietética soluble, ayudando a contrarrestar problemas de estreñimiento, divertículos y cáncer de colón. Su consumo ayuda a reducir significativamente de peso y circunferencia de cintura, disminuyendo la entrada calórica por la alta viscosidad del gel formado en el tracto gastrointestinal, así mismo por el alto contenido de Omega 3 que suprime el apetito, mejorando la oxidación de lípidos y el gasto de energía.
La linaza que cuenta con alrededor de 40% de lípidos, 30% de fibra dietética y 20 % de proteína está compuesta por diferentes polisacáridos que incluyen a la celulosa, hemicelulosas, pectinas, β-glucanos y gomas. Los efectos fisiológicos de la fibra dietética se relacionan con sus propiedades fisicoquímicas y tecnológicas, como la capacidad de retención de agua e hinchamiento, viscosidad, formación de gel y la capacidad de ligazón de sales biliares, que reducen el riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares, mitigan de los efectos de la diabetes, patologías renales, obesidad, cáncer de colon y recto, así como la reducción del nivel de colesterol sérico y promoción de la evacuación intestinal.
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En el cerebro existen millones de neuronas que están conectadas entre sí a través de un circuito enormemente complejo. La conexión entre las neuronas se produce a través de un tipo de hormonas, llamados neurotransmisores. Estos neurotransmisores son biomoléculas necesarias para el transporte de la información, que sí funcionan de manera adecuada, el cuerpo y la mente entran en un estado denominado equilibrio regular en las funciones del sistema nervioso (SN), mejorando la capacidad de concentración, memoria, aprendizaje, la calidad del sueño y descanso, la regulación del estrés y el razonamiento.
Sabemos que practicar deporte con regularidad tiene múltiples efectos beneficiosos para nuestro cuerpo. Estar en forma permite mejorar la salud, prevenir enfermedades, aumentar nuestra capacidad funcional y, en definitiva, nuestro cerebro. Dentro de los neurotransmisores que se producen al hacer actividad física encontramos la dopamina que se asocia con la sensación de relajación y que a nivel cognitivo regula funciones como el aprendizaje, la memoria, y tiene un papel fundamental en la toma de decisiones.
La serotonina conocida como la hormona de la felicidad es la encargada de regular el apetito, el sueño y el estado de ánimo produciendo estados de bienestar y euforia. La IGF-1 es un tipo de proteína, relacionada directamente con el crecimiento. Cuando se produce, impacta en el llamado “Factor neurotrófico derivado del cerebro” (BDNF), esencial en las funciones de razonamiento superior. La acetilcolina previene el deterioro neurológico. Está encargada de la activación muscular, y su función principal es mejorar las habilidades cognitivas. Finalmente las endorfinas regulan la ansiedad y estimulan la sensación de bienestar y satisfacción que produce cuando se segrega con la actividad física.
La maca, también llamada Ginseng Andin es un pariente del rábano y huele similar al caramelo, contiene proteínas, hidratos de carbono, calcio, fósforo, yodo, hierro, vitamina B y vitamina C. Sus propiedades energizantes y nutritivas lo convierten en un complemento muy interesante para deportistas que quieran mejorar su rendimiento deportivo y recuperación tras los entrenamientos. En un análisis de diferentes disciplinas deportivas, se comprobó que la maca ayuda a reducir la fatiga, a rendir más y mejor durante el esfuerzo físico.
Dentro de su composición rica en flavonoides y antocianinas, neutraliza radicales libres como efecto antioxidante, cuenta con calcio y hierro que contribuyen al mantenimiento del tejido óseo y a la prevención de la anemia ferropénica. Sus propiedades reconstituyentes son indicadas en estados de astenia, fatiga, debilidad, estrés, agotamiento mental y regulación hormonal pues aporta energía y vitalidad.
El calcio de coral marino es imprescindible para la salud de cualquier persona, pero tiene especial importancia para los deportistas, especialmente para aquellos que practican deportes caracterizados por un gran impacto articular. El estrés oxidativo que produce el ejercicio físico intenso, tiene como consecuencia la hiperacidez en los tejidos, lo que implica la desmineralización y la pérdida de las reservas de calcio.
Complementar la dietas con calcio de origen marino permite la contracción y la relajación muscular, regula la frecuencia cardíaca, permite la transmisión de impulsos nerviosos, interviene en la síntesis de proteínas, ayuda a controlar la tensión arterial, interviene en la replicación de ADN, controla la acidez y alcalinidad del organismo y mantiene la salud ósea. Junto con el colágeno hidrolizado colabora en la construcción de músculos y cartílagos, la reparación de tendones y ligamentos, y la salud general del tejido conectivo de nuestro cuerpo.
Es ideal para el consumo después de realizar ejercicio, ya que ayuda en la recuperación muscular, provee de la proteína consumida durante la práctica, y es de fácil absorción, ya que contiene una gran cantidad de aminoácidos. En medicina del deporte el colágeno acelera la recuperación de lesiones al asistir la regeneración de fibras musculares, producción de tejido cicatricial conectivo y fortaleciendo articulaciones y tendones.
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El correcto funcionamiento del sistema digestivo tiene un gran impacto en el bienestar integral, tanto físico como emocional, influye en la prevención de enfermedades, las defensas, el comportamiento, las emociones y está directamente relacionado con la calidad de vida. Sin embargo, gran parte de la población padece algún tipo de afección digestiva.
Los alimentos que se consumen a diario pueden dividirse en cinco grupos fundamentales: cereales y legumbres; frutas y verduras; lácteos; carnes y huevos; y grasas y azúcares. Una combinación equilibrada de todos ellos ayuda a prevenir o a tratar enfermedades del tracto digestivo y varía según las necesidades de cada persona. Una nutrición completa y equilibrada representa el punto de partida para aspirar a tener una buena salud digestiva.
Alimentarse no es solamente comer para saciar el hambre, sino una actividad mucho más compleja, en la que intervienen factores sociales, culturales, económicos, entre muchos otros. Un claro ejemplo de ello, es la microbiota intestinal, un ecosistema de microorganismos que residen en el tracto digestivo y favorecen la digestión, actúan como una barrera frente a organismos patógenos y estimulan el sistema inmunitario. En este sentido, las bacterias beneficiosas intestinales se encargan de producir ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que ejercen una acción antiinflamatoria en la prevención y tratamiento de enfermedades, como la enfermedad inflamatoria intestinal, desórdenes metabólicos e incluso diferentes tipos de cáncer, como el colorrectal.
El psyllium tiene la capacidad de hacer que las heces crezcan de tamaño, gracias a la celulosa y a los mucílagos que absorben el agua del intestino y se adhieren a los alimentos que han sido parcialmente digeridos. La capacidad de absorber líquidos conduce a un aumento del volumen del contenido intestinal y del peso de las heces, lo cual provoca una distensión de la pared intestinal y, como consecuencia, un incremento del peristaltismo y una aceleración del tránsito colónico en enfermedades ligadas a estreñimiento y diarrea.
Al absorber el agua de las deposiciones, hace que disminuya la viscosidad y el tamaño del bolo fecal. Este aumento hace crecer la tensión de la pared del intestino, lo que conduce a más contracciones y movimientos que promueven su evacuación exitosa sin dolor ni sangrado. Este polisacárido bioactivo se compone de una cadena ramificada de arabinoxilano, es decir de un polímero rico tanto en arabinosa (23%) como en xilosa (75%) y trazas de otros azúcares como glucosa, manosa y galactosa que brinda un efecto prebiótico.
Estos oligosacáridos y azúcares pueden ser fermentados por las bacterias que residen en nuestra microbiota intestinal y producir metabolitos. Entre ellos, destacan los ácidos grasos de cadena corta (butirato, propionato, acetato…) que suministran energía a las células del colon. Este tipo de compuestos son denominados “postbióticos”, ya que son sustancias generadas por las bacterias probióticas durante la fermentación con un efecto beneficioso a nivel nutricional, metabólico o inmunitario.
El germen de trigo y sus ácidos grasos, omega 3 y las fibras que lo conforman son una gran ayuda para combatir el colesterol y refuerzo del sistema circulatorio, su bajo contenido en sodio, ayuda a la salud del corazón, Su contenido de zinc ayuda a la absorción de los azúcares en la sangre, evitando que esta se acumule en cantidades demasiado altas y regulando los niveles de glucosa. Dentro de sus beneficios mejora la piel, fortalece el cabello y las uñas gracias a su contenido en riboflavina (vitamina B2) y vitamina E.
Finalmente, ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro manteniendo en buen estado las células por las propiedades antioxidantes. Al igual que el germen de trigo, la semilla de chía se considera como un súper alimento por sus beneficios en la salud gastrointestinal. Es una fuente importante de fibra, ácidos grasos, omega 3, proteínas, vitaminas y minerales. que estimulan el tránsito y la salud de la flora intestinal.
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